Los olores pasan directamente desde la nariz al sistema límbico, es decir, la zona del cerebro donde se encuentran las emociones más primarias. No pasan por el cortex, la zona más racional.
Tanto me enbriagó la deliciosa fragancia de aquel lugar, que hasta sus trastos me parecieron de oro, y recalé en el verdadero significado de mi destacada nariz; como si quisiera escapar de mi pálido rostro en busca de rico sustento
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